Las nuevas tecnologías son imprescindibles no solo para la transformación digital de una empresa, sino también para su avance. Muchas de ellas, como la robótica o la Inteligencia Artificial, pueden parece algo muy lejano para las compañías de menor tamaño y alcance. Pero nada más lejos de la realidad. Sobre todo, algunas de las ramas de la Inteligencia Artificial. Como el machine learning, una tecnología que, por medio de distintas técnicas y algoritmos, permite que las máquinas puedan «aprender» nuevas tareas para las que en principio no estaban programadas.

Con la aplicación de técnicas de machine learning, tu empresa puede avanzar en tareas muy diversas. Por ejemplo, en el análisis de datos que permitan llegar a conclusiones para adoptar decisiones y mejorar procesos o sistemas. Así, aplicando el machine learning se pueden optimizar estrategias de negocio, avanzar en la automatización de procesos e incluso anticiparse a situaciones futuras.

Machine learning para conocer mejor a los clientes

La adopción de técnicas de machine learning en tu empresa no tienen que limitarse únicamente a las máquinas. Se pueden incorporar a distintos departamentos. Entre ellos, a marketing, recursos humanos, finanzas o atención al cliente. Así, la aplicación de machine learning en esta última división permitirá, por ejemplo, tener siempre al día y actualizadas todas las bases de datos con la información de los clientes. Por lo tanto, se podrá contar con más datos sobre ellos, lo que llevará a la posibilidad de ofrecerles un servicio mejor.

No solo eso, también se podrán descubrir patrones de edad, comportamiento o compra que de otro modo pasarían inadvertidos. Y obrar en consecuencia, adaptando productos y servicios para ellos. Así se podrá retener clientes o aumentar el número de productos y servicios de tu empresa que compran o contratan.

Optimización de precios gracias a la tecnología

Al contar con más datos sobre los clientes, en determinadas empresas, también se puede contar con más información sobre su comportamiento de compra. Por ejemplo, conocer los picos de demanda de determinados productos. O cuáles son los productos que más o menos se venden y contratan. Esto permite, entre otras cosas, establecer una política de precios que pueda variar en función de la demanda. Por ejemplo, hacer que algunos suban de precio cuando los clientes los demanden mucho. O ponerlos en oferta cuando baje.

A esto se le conoce como política de precios dinámicos, y está pensada para adaptar los precios a los flujos de consumo de los productos. Eso sí, tu empresa tendrá que valorar también si le conviene ponerla en marcha, porque no es adecuada para todos los tipos de empresa. Lo suelen aplicar, por ejemplo, las de transporte aéreo o por carretera, las agencias de viajes, los hoteles, etc.

Si decides que tu empresa se beneficie de este tipo de políticas, tienes que tener antes de cuenta que antes de ponerla en vigor hay que contar con todos los datos posibles. De otra manera no será eficaz. Por lo tanto, habrá que empezar a recogerlos y analizarlos durante un cierto periodo de tiempo antes de decidir su implantación.