Es hora de volverse «inteligente». La red está repleta de palabras que están de moda y que señalan grandes cambios y revoluciones tanto en Internet como en la industria. Mientras que, por otro lado, vamos perdiendo el rastro a lo que se está convirtiendo en un riesgo cotidiano. El Internet de las Cosas (IoT) es uno de los principales factores en los nuevos desarrollos comunicativos e interactivos. Con el concepto de Industria 4.0 extendiéndose desde sus orígenes alemanes a todo el mundo, vale la pena examinar hasta qué punto están conectados la Industria 4.0 y el Internet de las Cosas, pero en primer lugar:

 

Qué es el Internet de las Cosas

El concepto de Internet de las Cosas data de 1999 y fue acuñado por el pionero de la tecnología británica Kevin Ashton. Objetos físicos se vuelven «inteligentes» conectándolos a Internet utilizando sensores ubicuos. Un factor que lleva a la sustitución gradual de los ordenadores convencionales y cambios importantes en, entre otras áreas, la vida cotidiana.

Las interacciones de varios sistemas y dispositivos ya se pueden ver, para usar un ejemplo actual, en la industria del automóvil. La introducción del coche “conectado” faculta una conexión del vehículo a Internet que permite la comunicación en tiempo real en una variedad de situaciones, como advertencias por tráfico, sistemas de navegación y la realización de llamadas de emergencia en caso de accidente.

 

El Internet de las Cosas como factor de producción

Sin embargo, hay más en el Internet de las Cosas que situaciones de la vida cotidiana o las comunicaciones. También tendrá un efecto en la forma en que se producen las cosas, provocando otra revolución industrial (hay que señalar que, dado que los cambios en los procesos de producción tardan históricamente más tiempo en ser plenamente implementados, se podría usar el término evolución). Con la primera revolución siendo la introducción de la máquina de vapor, la segunda trayendo la producción en serie en la línea de ensamblaje y la tercera el establecimiento de la robótica y automatización industrial (entre otras cosas), es ahora el momento para la cuarta revolución industrial.

 

Industria 4.0, CPS y el camino hacia una fábrica inteligente

Sin lugar a dudas, la cuarta revolución industrial está allanando el camino hacia la fábrica inteligente. Ésta se basa en sistemas ciber-físicos (CPS), máquinas y componentes interconectados con la inclusión de software “inteligente” y altamente flexible. Los sistemas ciber-físicos están intrínsecamente conectados con sistemas embebidos, que son partes de dispositivos completos que llevan a cabo funciones muy específicas que con frecuencia vienen con restricciones de computación en tiempo real. Los CPS enlazan estos sistemas embebidos con redes digitales facilitando el procesamiento independiente de datos. La asignación de una dirección IP permite a esos sistemas ser controlados y monitorizados en línea.

Debido a estos sistemas informáticos embebidos, sensores y actuadores, los sistemas ciber-físicos organizan la producción de forma automática y autónoma. El control central del proceso puede ser eliminado ya que puede ser asumido por componentes basados en CPS. Este concepto de organización de la cadena de valor también se conoce como Industria 4.0 o la cuarta revolución industrial.

 

Orígenes del funcionamiento interno de la Industria 4.0

El término Industria 4.0 fue acuñado por el gobierno alemán (como Industrie 4.0) y deriva de un proyecto destinado a preparar a la industria alemana para el futuro de la producción. Este futuro, según el Ministerio Federal de Educación e Investigación alemán, «se caracterizará por la fuerte individualización de los productos en condiciones de producción altamente flexible (grandes series), la amplia integración de clientes y socios comerciales en los negocios y procesos con valor añadido, y la vinculación de la producción y servicios de alta calidad que conducen a los llamados productos híbridos”.

Un enfoque similar se puede encontrar en los Estados Unidos, donde la organización sin ánimo de lucro Industrial Internet Consortium (IIC) está trabajando en el futuro de la manufacturación. La industria 4.0 opera bajo varios conceptos tecnológicos, incluyendo los mencionados sistemas ciber-físicos y la ya conocida Internet de las Cosas.

El IoT facilita los procesos de comunicación y cooperación de los sistemas ciber-físicos. Las tecnologías IoT más comunes utilizadas en la Industria 4.0 y, en consecuencia, fábricas inteligentes son, entre otras, redes inalámbricas, objetos “inteligentes”, tecnología sensorial y elementos de actuación.

 

Conclusión

No habrá cuarta revolución industrial, ninguna Industria 4.0 y ninguna fábrica inteligente sin el Internet de Cosas. Su aplicación de la tecnología “inteligente” es la base para nuevos desarrollos industriales y dispositivos autónomos. Es la base para una mayor personalización del producto y una mayor flexibilidad, al mismo tiempo que permite un mayor impacto de los procesos automatizados en los consumidores y proveedores. Así pues, la Industria 4.0 se establece como el nuevo estándar de fabricación en el futuro.