Al igual que pasó en las pasadas revoluciones industriales los cambios producidos supusieron un miedo para toda la sociedad. Este es el principal obstáculo para que la cuarta revolución industrial impacte de manera adecuada sobre todos los modelos de trabajo. Y es que su objetivo no es otro que mejorar la calidad de vida de las personas acercando la innovación a las empresas.

Una reflexión sobre la industria 4.0

Estamos ante un proceso que lleva años desarrollándose. Hoy día, nos encontramos en un momento de auge en cuanto a las nuevas tecnologías se refiere. Ya podemos tocarlas y sentirlas. Las vemos por las calles y en nuestra nueva forma de vivir. Lo que antes parecía una utopía hoy es toda una realidad. No es de extrañar que el miedo sea uno de los sentimientos vinculados a la cuarta revolución industrial.

Las empresas empiezan a estar cada vez más concienciadas en su compromiso con el desarrollo económico de la sociedad, así como en el desarrollo de industrias más sostenibles. Todos estos avances solo serán posibles gracias a las oportunidades que trae consigo la cuarta revolución industrial. Todo es cuestión de explorar nuevos terrenos para aprovecharse de nuevas oportunidades beneficiosas para todos.

La cuarta revolución industrial un tren que no espera

Estamos en un momento de cambio con el que se podrá dar un giro de 180 grados a las industrias tal y como las conocíamos hasta ahora. Un tren que está en marcha, pero que solo podrá ser cogido por aquellas empresas capaces de asumir el reto. Pasados unos años ya será demasiado tarde subirse al carro de la cuarta revolución industrial. Tus competidores habrán tomado ventaja y la adaptación de tu negocio ya no será tan sencilla.

Por eso se dice que la industria 4.0 es un tren que no espera. Una oportunidad al alcance de todos que no estará ahí para siempre. Cada compañía. Cada industria ha de ser capaz de adaptar sus procesos de manera inteligente en base a su tamaño, capital y necesidades. También es un error tratar de alcanzar unos niveles de innovación tecnológica que no son asumibles por todas las empresas.

La digitalización y la globalización están marcando un nuevo camino donde será necesario adaptarse. Existen nuevas reglas del juego basadas en la internacionalización de las empresas, la robótica, la inteligencia artificial, el Big Data, el Internet de las Cosas, la ciberseguridad, etc.

Conclusión

El miedo a la cuarta revolución industrial es equiparable al escepticismo de creer que la tierra era redonda o de que la máquina de vapor iba a terminar con el mundo. La industria 4.0 terminará con los modelos de negocio que conocíamos hasta ahora, pero para sustituirlos por una economía colaborativa, un capitalismo consciente y nuevos modelos de negocio antes inexistentes.

La clave para evitar que el miedo paralice a las empresas es buscar más allá del sentimiento de amenaza para dejarse sorprender por la gran cantidad de oportunidades que se esconden tras él. Oportunidades que significarán el éxito para las empresas e industrias que sean capaces de adaptarse.