La combinación de elementos como la potencia de la computación distribuida masiva, el coste decreciente del almacenamiento de datos y el aumento de los frameworks de código abierto está ayudando a acelerar la aplicación de la inteligencia artificial (IA). Algunos estudios indican que, para 2035, la IA podría duplicar las tasas de crecimiento económico en 20 países y aumentar la productividad laboral en un 40 por ciento. La importancia cada vez mayor de la IA tiene implicaciones significativas para las instituciones financieras y, en particular, para la función financiera propia de esas instituciones. En resumen, la IA tiene el potencial de transformar de forma sustancial la función financiera de los bancos dentro de la próxima década, si no antes.

La inteligencia artificial no es una tecnología, sino más bien un grupo de tecnologías relacionadas: el procesamiento del lenguaje natural (trata de mejorar las interacciones entre el lenguaje de los ordenadores y el humano); el aprendizaje de máquinas (programas informáticos que pueden «aprender» cuando se exponen a nuevos datos) y sistemas expertos (software programado para proporcionar asesoramiento), que ayudan a las máquinas a detectar, comprender y actuar de manera similar al cerebro humano. Estas tecnologías están detrás de innovaciones tales como los agentes virtuales (personajes animados y generados por ordenador que sirven como representantes en la atención al cliente online); análisis de identidad (soluciones que combinan el big data y análisis avanzados para ayudar a administrar el acceso y la validación de usuarios) y sistemas de recomendación (algoritmos que ayudan a poner en contacto entre sí a usuarios y  a proveedores de bienes y servicios) que ya han transformado la forma en que las empresas tratan la experiencia global del cliente.

 

La inteligencia artificial es sinónimo de eficiencia

La IA puede ayudar a los departamentos financieros de los bancos a reinventar y reestructurar los modelos y procesos operativos. Los grandes bancos deben procesar enormes volúmenes de datos para generar informes financieros y satisfacer los requisitos contables y legales. Estos procesos son cada vez más estandarizados y formalizados, pero aún involucran a un gran número de personas que realizan tareas de bajo valor añadido, lo que los convierte en candidatos ideales para la automatización robótica de procesos (RPA). Los «bots» de software que se usan en RPA pueden codificarse para manejar reglas y algunas excepciones, pero es el  hecho de que el aprendizaje de máquinas puede hacer frente a retos más complejos y tareas que mutan frecuentemente que hace que la combinación de RPA e IA sea especialmente poderosa.

En los próximos años, la inteligencia artificial se utilizará para transformar las funciones más importantes en finanzas, tales como las consolidaciones entre compañías,  el «cierre» trimestral y la presentación de informes de beneficios, así como participar en las funciones más estratégicas como el análisis financiero, la asignación de activos y realizar pronósticos. La IA proporciona velocidad y precisión, el proceso completo de presentación de informes y divulgación, por ejemplo, puede realizarse en tiempo real. En lugar de esperar hasta el final del trimestre, el equipo de finanzas asistido por una IA puede identificar problemas y hacer ajustes mucho antes de lo que es posible hoy en día, aumentando la precisión y eliminando los esfuerzos finales de cada período contable.

Las instituciones financieras son muy conscientes del potencial de la inteligencia artificial. Han observado un impacto masivo en otras industrias, ya que las startups digitales y los gigantes de Internet utilizan la IA para agilizar las operaciones y para atraer a los clientes con ofertas y experiencias más personales y relevantes desarrolladas en nuevas plataformas. Como resultado, los bancos están invirtiendo fuertemente en nuevas tecnologías y en reclutar y desarrollar el talento necesario para implementar y trabajar eficazmente con las soluciones de IA.

La inteligencia artificial proporciona a los bancos, a las firmas de mercados de capitales y a las aseguradoras un conjunto de herramientas enormemente poderosas para transformar y racionalizar algunos de sus procesos financieros más fundamentales. El desafío para muchos, sin embargo, no es sólo identificar y adoptar las mejores tecnologías de IA, sino reorganizar y reinventar su modelo operativo y su desarrollo del talento para aprovechar las capacidades de transformación de la IA.

La inteligencia artificial puede ayudar a los bancos a mejorar dramáticamente la eficiencia operativa y a obtener una comprensión mucho más clara de hacia dónde se dirigen, pero todavía depende de los seres humanos el tomar las grandes decisiones estratégicas y establecer el rumbo para que la IA y las tecnologías relacionadas puedan ayudar a generar crecimiento sostenible.