Para que una empresa determinada pueda adaptarse a la llegada de la Industria 4.0 no basta con cambiar las máquinas y la forma de trabajar. Tampoco con que el empresario cambie de mentalidad. La plantilla también ha de experimentar cambios, y no solo en cuanto a formación y puestos de trabajo. También de mentalidad. Pero no sólo ellos. La directiva de las fábricas y las empresas también ha de cambiar la forma de actuar con respecto a ella.

Este aspecto, que es bastante más importante de lo que parece, ha quedado no ya en un segundo plano en las empresas. En muchas ni siquiera se ha contemplado todavía. Mientras, las empresas siguen invirtiendo en maquinaria y tecnologías avanzadas, así como en caros cursos de formación. Todo sin tener en cuenta los nuevos sistemas que han de adoptar para que todo marche como la sea, y que dan a los trabajadores un papel mucho más relevante que el que tenían hasta ahora.

Industria 4.0: los empleados primero, el producto después

El producto siempre ha sido el rey en las fábricas. Por eso, los directivos siempre se han concentrado en cómo hacer los cambios necesarios a la producción del mismo. Que los empleados se adaptasen mejor a ellos era secundario. Se tenían que adaptar a la fuerza, o se quedaban sin trabajo.Así funcionaban las cosas hace unas décadas. Pero eso era antes de que sólo hubiese que contar con trabajadores cualificados para realizar tareas sencillas. En la actualidad, muchos trabajos relacionados con la fabricación de productos se han vuelto más complicados, y el número de trabajadores que pueden realizarlos ha descendido notablemente.

Como consecuencia, si se sigue adoptando esta política, es posible que los trabajadores cualificados se molesten y se busquen otro puesto. Por eso, lo más adecuado es plantear los cambios a los empleados, o al menos a los de mayor relevancia y peso entre la plantilla. Y pedirles opinión sobre plazos, formación y cambios. Así se sentirán implicados y serán más favorables al cambio. Si se hace sólo con los empleados de mayor peso de la plantilla, se ha de fomentar que después comuniquen los cambios a los compañeros. Siempre antes de que se produzcan. Y de que les convenzan para adoptarlos. Así será más sencillo que se presten a las novedades.

Fomentar la implicación del empleado

Antes, las decisiones en las empresas y las fábricas se tomaban de arriba abajo. Es decir, la dirección las aprobaba y luego se comunicaba a los empleados lo que había que hacer. Esto, aunque ya ha comenzado a cambiar desde hace un tiempo, debe potenciarse aún más con la llegada de la Industria 4.0. Para ello hay que potenciar la implicación de los trabajadores, no sólo tener empleados que ejecuten órdenes.

Para fomentar el avance de la industria 4.0 hay que dar a los empleados la posibilidad de afrontar problemas y tomar decisiones. Eso sí, es necesario formarles. Y ofrecerles seguridad para que puedan tomar decisiones sin presión.

Contratar en función del potencial, no solo con base en la formación y la experiencia

Hasta no hace mucho, la práctica totalidad de las empresas contrataban en función de la formación que tuviesen los aspirantes. También de su experiencia profesional, de manera que contasen con las habilidades necesarias para realizar las tareas propias del puesto al que optaban. Y con la mayor brevedad posible, para no tener que invertir mucho en formarles. De hecho, en muchos puestos, la formación apenas eran unas cuantas instrucciones del supervisor de turno.

Pero en un entorno cambiante como en el que hay en la actualidad, la contratación ya no puede ser así. Las habilidades que hoy son imprescindibles puede que sean irrelevantes a corto plazo. Por lo tanto, uno de los principales criterios de selección debe ser otro. En concreto, el potencial del candidato para poder aprender nuevas habilidades de forma rápida y eficaz. Para encontrarlos hay que buscar candidatos con cierta agilidad mental y que apuesten por la formación continua. Pero también que tengan habilidades de comunicación interpersonal elevadas, así como un enfoque proactivo de cara a la solución de problemas.