El sector industrial es uno de los principales consumidores energéticos en nuestro país, y por ello uno de los grandes objetivos del sector es la apuesta por la eficiencia energética, en aras de conseguir un futuro más sostenible.

Consumo energético

Uno de los pasos más lógicos pasa por la reducción del consumo energético. Algunas de las necesidades para conseguirlo son:

  • Análisis de datos en consumo y usos de la maquinaria actual para una optimización en su gestión y toma de decisiones
  • Mejora de las instalaciones actuales del parque industrial
  • Renovación de equipos y maquinaria obsoletos y más contaminantes por otros más inteligentes y que generen menores emisiones de residuos.

Para contribuir a la sostenibilidad de nuestras plantas industriales, también se debe ajustar los volúmenes de producción, adaptándolos a la demanda real y reduciendo así los residuos. Para ello, será necesario aplicar técnicas de Data Analytics para analizar la información disponible gracias al Big Data y los procesos conectados.

Nuevas formas de energía

Otro de los aspectos clave para alcanzar la eficiencia energética es la utilización de energías renovables, más limpias, y cuyo precio no es tan variable como el de la electricidad y otras formas de energía supeditadas al precio del gas o el petróleo.

Según las estimaciones del PNIEC, el valor añadido del sector industrial crecería sustancialmente (entre 3.500 millones de euros en 2021 y 4.200 millones en 2030) impulsado principalmente por el despliegue en renovables, redes y electrificación del transporte y renovación del parque de vehículos. El sector energético también aumenta su actividad por la sustitución de energía importada (los combustibles fósiles que España debe comprar fuera) por energía renovable autóctona (entre 500 millones y 2.100 millones de euros). El valor añadido del sector de la construcción también aumenta notablemente (entre 2.400 millones de euros en 2021 y 2.500 millones en 2030) por las inversiones en rehabilitación de viviendas y de todas las infraestructuras necesarias para el despliegue de las renovables o los vehículos eléctricos. (Fuente: IDEA. ¿Cómo más energías renovables ayudan a impulsar la innovación y la competitividad? )

Otras ventajas de la eficiencia energética

La implantación de Industria 4.0 está ocasionando desde una reducción de residuos hasta una optimización de los procesos de fabricación, pasando por la reducción de las emisiones CO2 o la mejora de la huella de carbono de los productos puestos en el mercado.

Más que fijarnos en los posibles riesgos de esta transformación tecnológica, la industria 4.0 se centra en las nuevas oportunidades de negocio que harán resurgir nuestro modelo industrial. Las fábricas, gracias a la mejora de su eficiencia energética y sostenibilidad, se convertirán en empresas mucho más fuertes y competitivas dentro de unos mercados en los que no habrá cabida para aquellos que se queden atrás.

El Internet de las cosas, el Big Data, la innovación en maquinaria inteligente y la gestión de la información en la nube son algunos de los procesos necesarios para lograr un menor impacto de la industria sobre nuestro entorno

Estamos ante un cambio necesario que nos involucra a todos. Lo más importante es entender que este esfuerzo no es en vano. Hacer de nuestra industria un sector mucho más eficiente a nivel energético también es convertirlo en un elemento más competitivo y diferenciador de cara a la economía de nuestro país.

 

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