Hasta ahora, la impresión 3D nos ha traído avances que parecían imposibles hace tan solo un par de años. Además, esta tecnología se ha afianzado, y está llamada a marcar el futuro de la fabricación digital. Hace tiempo que ha abandonado los laboratorios y proyectos experimentales para llegar no solo a los hogares, sino también a la industria. De hecho, es una de las tecnologías clave para la transformación digital de muchos sectores. Gracias a ella se ha conseguido imprimir desde comida hasta edificios enteros en 3D, pasando por prótesis de miembros para humanos o animales.

En efecto, con la ayuda de la impresión 3D se han conseguido generar una especie de cubos comestibles. Se llaman Meal Cube y se han impreso en 3D a partir de proteínas, carbohidratos y azúcares pulverizados. También se han obtenido dos edificios, un hito logrado por la compañía china WinSun. Esta empresa utilizó residuos industriales que transformaron en material de construcción. Para imprimir el edificio utilizaron un sistema de diseño asistido por computador encargado de controlar un brazo extrusor que colocaba los materiales en su lugar. ¿El resultado? edificios cuya construcción puede generar entre un 30% y un 60% menos ed residuos industriales.

Las prótesis de miembros en 3D ya son algo más comunes, puesto que llevan ya produciéndose varios años. Desde el primer modelo de prótesis de brazo y mano, impreso hace cuatro años por un estudiante de Colorado, la impresión 3D de miembros ha avanzado mucho. En la actualidad se imprimen partes del cuerpo humano con una funcionalidad casi total, e incluso a medida. Y de varios materiales, incluso de titanio. Ya no sólo se imprimen brazos, manos o piernas. Incluso se imprimen mandíbulas a medida.

Lo que la impresión 3D traerá en 2018

El próximo año puede ser crucial para el despegue de la impresión 3D en muchos sectores. Todo gracias a su cada vez mayor posibilidad de producir objetos personalizados. A estas alturas, casi todo lo que se imprime en tres dimensiones se puede personalizar. Hasta tal punto que, como hemos visto, ya se han comenzado a imprimir huesos y mandíbulas humanas. Estos están completamente personalizados y se implantan en pacientes, que recuperan su vida normal. Para este próximo año, los expertos de la industria están probando con la impresión de miembros y partes del cuerpo a partir de grafeno. Este material es más resistente que el acero, y mucho más flexible.

Las nuevas tecnologías de impresión 3D en las que se está trabajando permitirán que en 2018 se puedan imprimir herramientas y componentes más resistentes y funcionales. Como la tecnología de impresión Composite 3D en la que trabaja Markforged, una empresa de Boston. Con su sistema de impresión para metales Metal X 3D se consigue imprimir componentes metálicos en menos de 24 horas.

Otra de la novedades que traerá 2018 para la impresión 3D es lo que se denomina nanoimpresión 3D. Es decir, la impresión en tres dimensiones de partículas que el ojo humano no puede percibir a simple vista. Estas partículas microscópicas, a pesar de lo diminuto de su tamaño, pueden transformar la industria en general, y la electrónica en particular. En la actualidad las están probando, entre otras cosas, para la producción de baterías y en la mejora de la gestión de la energía que reciben distintos dispositivos. También para aumentar la potencia óptica de microscopios y telescopios.

Y cuando muchos todavía se estaban acostumbrando a escuchar hablar de la impresión 3D, llegará su evolución: la impresión 4D. Gracias a ella se producen objetos y aparatos que son capaces de transformarse y cambiar tras su construcción. Como base para la impresión 4D, basada en la tridimensional, se usa una especie de materiales programables. Estos materiales con los que se alimentan las impresoras son capaces de reaccionar a factores externos, como el entorno o la humedad ambiental.