La denominada cuarta revolución industrial conlleva toda una serie de cambios en el seno de las empresas. No solo en cuanto a equipamientos, sistemas de trabajo y formación. También en cuanto a los profesionales que las empresas implicadas en el despliegue de la Industria 4.0 más necesitarán. Los trabajadores afectados por los cambios que conlleva la cuarta revolución industrial tendrán que adaptarse a las novedades. Y los que trabajen en las fábricas que más tendrán que esforzarse serán, en muchos casos, los empleados de más edad. También los que lleven más tiempo en sus puestos.

Generalmente, estos trabajadores tienen menor nivel de formación, por lo que serán los más afectados. También a los que más habrá que apoyar para que puedan realizar nuevas tareas. Las más numerosas, en la línea de montaje, que está empezando a ver cómo aumenta en ellas el número de robots y disminuye el de trabajadores. Los que quedan, en lugar de dedicarse al ensamblaje de productos en su mayoría, como hasta ahora, tendrán que cambiar su labor. En el futuro tendrán, sobre todo, que encargarse del control de calidad y el mantenimiento.

La formación, clave para triunfar en la cuarta revolución industrial

Todo esto pone de manifiesto la necesidad de que las empresas formen a sus trabajadores. Si no lo hacen, perderán las ventajas de la implementación de nuevas tecnologías en sus empresas y fábricas. Si los trabajadores no cuentan con las habilidades necesarias, no podrán sacarles todo el partido.

Además, los directivos de las empresas tendrán que hacer frente en muchos casos a la resistencia a los cambios de los trabajadores. Sobre todo los que vean que se pierden puestos de trabajo tradicionales para sustituirlos por robots. También tendrán que tomar medidas para presentar a los trabajadores los cambios que decidan como una oportunidad para mejorar. Y evitar que los empleados los vean únicamente como un sistema para reducir plantillas a la mínima expresión. No tiene por qué ser así, ya que muchos podrán desempeñar otros trabajos. Eso sí, con la formación adecuada.

Son muchos puntos a tener en cuenta, por lo que los directivos de las fábricas y las empresas pueden verse algo sobrepasados. Para evitarlo, muchas compañías ya están considerando la creación de un puesto específico para encargarse de todo lo relacionado con la Industria 4.0. Es una figura capaz no solo de aconsejar a la dirección sobre los cambios a realizar. También de la formación necesaria para facilitar el cambio a los trabajadores.

Junto con estos nuevos puestos en las cadenas de montaje será necesario cubrir otros. Desde programadores hasta profesionales de la ciberseguridad, pasando por responsables de proyecto y personal de reparación. Por tanto, las novedades de la cuarta revolución industrial no tendrán que implicar la pérdida de puestos de trabajo. Más bien implicarán la necesidad de desplazar la labor de los trabajadores hacia otros puestos diferentes a los que ocupan. En muchos casos requerirán más conocimientos que los necesarios para las tareas que desempeñan hoy, por lo que precisarán formación específica.