Los avances surgidos dentro del mundo de la tecnología de la información han puesto un punto y final al concepto de negocio y empresa. Con la aparición de Internet en nuestras vidas la rutina empresarial tuvo que reconvertirse, al igual que lo hicieron los productos. Pero, ¿qué son los productos inteligentes?

Una nueva generación de productos

Los productos inteligentes o conectados son los mismos que conocíamos hasta ahora. La única diferencia es que su fabricante les ha añadido la tecnología necesaria para dotarles de inteligencia y conectividad.

Esto significa que, actualmente, existen productos en el mercado capaces de almacenar una serie de datos que, posteriormente, pueden utilizar en beneficio del usuario.

Lo cierto es que con la aparición del Internet de las cosas, así como del entorno industrial (IIoT) la demanda de estos productos conectados es cada vez mayor. Sobre todo, si tenemos en cuenta que las nuevas necesidades de la Industria 4.0.

Ventajas de los productos inteligentes

La creación de productos inteligentes está permitiendo incorporar diversas funcionalidades a su objetivo principal. Entre ellas destacan la monitorización, el control, la optimización y la autonomía.

Asimismo, los productos conectados ofrecen una mayor confianza y una mayor versatilidad. Y lo más importante: el incremento en las capacidades del producto original.

Esta nueva forma de competir entre las empresas, sobre todo, aquellas relacionadas con la industria, la tecnología y la maquinaría, está cambiando su forma de diferenciarse frente a la competencia. Las nuevas empresas se ven ahora en el momento de decidir cuáles serán las nuevas funcionalidades añadidas que aportarán valor a sus clientes. Y las usan así, como estrategia empresarial. Se hace, por tanto, necesario maximizar la propuesta de valor.

El marketing de los productos inteligentes

Toda esta cuarta revolución tecnológica también traerá consigo una nueva relación con los clientes. Los productos se vuelven mucho más innovadores y llenos de avances en software y hardware. Sin embargo, el marketing apuesta cada vez más por las relaciones marca – cliente mucho más humanas.

Gracias a toda la información que recogen los productos inteligentes la empresa podrá conocer una información mayor sobre sus propio público objetivo. Eso le permitirá usarla para realizar campañas de marketing más efectivas. En un mundo tan tecnológico como en el que vivimos, muchos clientes agradecen un poco de humanidad en los procesos de venta.

Se trata, entonces, de olvidar las técnicas publicitarias conocidas hasta ahora. Tenemos que sumergirnos en un marketing cuyo principal objetivo reside en la satisfacción de las necesidades propias de cada consumidor. Se acabaron las campañas agresivas que solo pretendían vender sin importar quién estuviera al otro lado. El nuevo grupo de consumidores es mucho más exigente. Pide que todos sus productos lleven un valor añadido que incluya una buena experiencia de compra positiva.

Conclusión

Los productos inteligentes están ahí para mejorar no solo la vida de las empresas. También la experiencia de los compradores. Ahora queda que cada compañía analice la inversión necesaria para poder hacer de sus productos un compendio de chips y nuevas tecnologías acorde con las nuevas necesidades del mercado.

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